5 cosas que haría desde el primer día si tuviera un nuevo cachorro

Django ya lleva conmigo algo más de un año. En todo este tiempo me he esforzado en comprenderle mejor cada día y saber cómo mejorar nuestra relación, para conseguir que los dos nos lo pasemos todo lo bien que sea posible. En realidad no es un esfuerzo, es un disfrute real y muy desconocido para mí hasta hace poco. Y es inevitable, conforme se va aprendiendo, lamentarse de no haber sabido todo eso mucho antes.

Cuantos más libros leo, a más seminarios voy, con más personas comparto experiencias y más tiempo comparto con Django… más me fascina el mundo canino. Y sobre todo, me doy cuenta de lo mucho que afecta a nuestro vínculo el comprenderle cada vez mejor.

Sucre y Cora observando con toda su atención

Últimamente varios amigos han celebrado la llegada de un nuevo cachorro a casa, y eso me ha hecho reflexionar sobre, después de mi experiencia de un año, qué cosas haría desde el minuto uno si llegara un nuevo cachorro. Qué cosas hice mal, qué cosas no hice porque simplemente no sabía… Y las conclusiones más claras son 5 cosas que haría desde ya, sin perder ni un sólo segundo.

1. Juegos sociales y afectivos

Hay diferentes tipos de juego en los perros, unos son con otros perros, otros ellos solos con algún entretenimiento… el juego es vital en el desarrollo de un perro, porque jugando aprenden un montón de cosas.

Hay un tipo de juego que es social y contigo que no sólo hace que los dos os lo paséis como niños y que él aprenda, sino que ayuda mucho a crear un vínculo muy especial entre ambos. Estoy hablando por ejemplo, de los tira y afloja, los juegos con el mordedor, o cualquiera que requiera de la participación y el contacto físico de los dos.

Si Django acabara de llegar a casa ahora mismo a casa, creo que esta es la primera cosa que haría: enseñarle a jugar con el mordedor, las reglas del juego y empezar a disfrutar los dos.

2. Dieta natural

Si sigues habitualmente el blog, verás que muchos de los últimos artículos son sobre dieta natural o dieta BARF. No voy a explicarlo mucho, pero básicamente consiste en que la dieta del perro no se base en bolitas de pienso sino en alimentos crudos, comida natural para él.

Los beneficios son muchísimos, ya comenté algunos cambios que noté en Django cuando sólo llevaba un mes con este tipo de dieta. Es asombroso y sólo me arrepiento de no haber empezado desde el primer día.

3. Socialización a tope. Y controlada.

La socialización en los perros es una parte vital de su educación, sobre todo cuando son cachorros. Con las “normas” y los tiempos marcados por las veterinarias, sobre todo en lo referente a las vacunas, un nuevo propietario prácticamente piensa que no puede poner en contacto a su perro con otros perros hasta que no tiene 3 meses de edad. Y esto puede ser un error, porque es una fase en la que el cerebro del perro es una auténtica esponja y el mejor momento para empezar a aprender a relacionarse con otros perros, las normas básicas, las señales de calma. Cada día cuenta.

Después de lo aprendido, lo que yo haría con un nuevo cachorro sería juntarlo con otros perros desde el primer día, pero controlando algunas cosas.

En cuanto a salud, por ejemplo evitaría zonas donde pueda haber mucho contacto con cosas que puedan tener muchos parásitos y demás. Y en cuanto a comportamiento, estaría muy observador de los demás perros, para evitar malas experiencias tan temprano, y tendría control desde el primer momento del tiempo y del entorno en que mi perro está “a su aire” con otros perros. Es importante que socialice, pero también es importante que nosotros estemos ahí y que aprenda desde cachorro que hay tiempos para todo. ¡Y que los disfrute!

De esto sabe muchísimo Aarón Sánchez, y seguro que le bombardearía a preguntas sobre este asunto si hubiera un nuevo perrito por aquí.

4. Habilidades porque sí

Si me preguntas “¿por qué le enseñas a tu perro a dar la vuelta sobre sí mismo?”, puedo contestarte que “se lo enseño porque así cuando venga un meteorito por su flanco izquierdo le podré decir que se gire hacia la derecha y así lo evitará, salvará su vida y nos daremos un banquete de perdices siendo felices”. O puedo contestarte lo que contesto siempre: “se lo enseño porque sí”.

Incluso en dueños y perros que no quieren presentarse a competiciones ni ganarse la vida con ello, el aprendizaje de habilidades es muy importante.

Las habilidades son un juego social entre tú y el perro, un momento de complicidad que exige mucho trabajo mental a tu perro. Te hace a ti estar más preparado y observador, y a él le enseña a pensar y le permite desarrollar capacidades muy importantes en su día a día, como la gestión de estrés, la gestión de expectativas, la estabilidad emocional, el autocontrol, etc.

Sobre este tema recomiendo leer la entrevista a Christian Acín, amigo y apasionado de las habilidades caninas.

Definitivamente empezaría a entrenar habilidades básicas desde el primer minuto.

5. Tonos y gestos emocionales

En los seminarios de ¡Yes&Click! se aprenden muchísimas cosas, pero en uno de ellos tuve la suerte de poder ver a Pere Saavedra trabajando con sus perritas en directo. Ese momento fue, probablemente, el que más me enseñó sobre su método, sobre el aprendizaje de habilidades y sobre la construcción de un buen vínculo entre el perro y su guía.

Lo que me impactó tanto fue cómo Pere controlaba y usaba los tonos emocionales no sólo para pedirle a sus perritas que hicieran algo, sino en todas y cada una de las interacciones con ellas. El tono de la voz, la duración, el volumen… Las miradas, la forma de acariciarlas, los gestos con todo su cuerpo… Fue alucinante. Transmiten algo realmente especial.

Si llegara un nuevo perrito a casa hoy, tendría muchísimo cuidado y prestaría muchísima atención a la forma en que me comunico con él desde el primer momento.

Y tú, ¿qué cosas harías o cambiarías si llegara un cachorro a casa?