El 1 de noviembre salía nuestro ferry - solo de ida - a Tenerife. Con la incertidumbre de las tormentas y las alertas meteorológicas sumada a la mudanza encajada en el escaso espacio de un coche pequeño, pero con todas las ganas y la ilusión de regresar a vivir a la isla después de dos años de intermedio viviendo en Zaragoza. El trayecto son casi dos días. Leímos mucho, escribimos, descansamos, dormimos... y tomé alguna foto. No muchas, pero alguna que quería publicar.