Momentos en el ferry

El 1 de noviembre salía nuestro ferry - solo de ida - a Tenerife. Con la incertidumbre de las tormentas y las alertas meteorológicas sumada a la mudanza encajada en el escaso espacio de un coche pequeño, pero con todas las ganas y la ilusión de regresar a vivir a la isla después de dos años de intermedio viviendo en Zaragoza. El trayecto son casi dos días. Leímos mucho, escribimos, descansamos, dormimos... y tomé alguna foto. No muchas, pero alguna que quería publicar.

El kindle y un peine en una repisa al lado de la ventana del camarote, con el mar de fondo. Un plano desde arriba de una chica mirando el móvil y un perrete que se le acerca, ambos sobre un suelo de color marrón muy intenso con líneas paralelas. La cama a medio hacer, la mochila apoyada en la pared y una caja de biodramina sobre la manta. Dos señores dormitando sentados, cada uno en su silla, tomando el sol. Una pareja en dos sillas de plástico mirando hacia la parte trasera del buque y el océano como paisaje, con los coches aparcados debajo de ellos. La zona de terraza del buque, con muchas personas sentadas en distintas direcciones, como desordenadas, pero todas tomando el sol. El cuaderno de citas en tinta abierto por una página con una frase recién escrita, unos restos de fruta, el estuche y los rotuladores sobre la mesa y algunas personas caminando de fondo. Tres hombres jugando al póker en una mesa en la terraza del buque, con el océano de fondo.