Todos los deportistas que van a los Juegos Olímpicos, que comienzan a finales de julio, tienen que ir vacunados. Es una obligación del COI y, para conseguirlo, llegó a un acuerdo con las empresas productoras de las vacunas. Por su parte, la organización de la Eurocopa de fútbol, que comenzó el 11 de junio, ha dejado la decisión en manos de los equipos.
Esta es la secuencia de los acontecimientos de los últimos días:
- 8 de junio. Uno de los jugadores da positivo. A una semana para comenzar la Eurocopa. Rápidamente se decide vacunar a todos los miembros de la selección. Se genera una notable polémica en la población por la decisión.
- 9 de junio. El COI reacciona a la polémica anunciando que se van a donar todas las vacunas que han sido utilizadas para los deportistas españoles. El presidente del COE lo explica diciendo que ”gracias a este acuerdo, no vamos a gastar ninguna vacuna de la sociedad española“.
- El 11 de junio, el Gobierno de España confirma que toda la selección española ya ha sido vacunada.
Estos últimos días me ha sorprendido que haya sorprendido la indignación de muchas personas ante la decisión. Estos son los argumentos que más he visto a favor de vacunar a la selección de fútbol:
- Tienen que ir vacunados porque los deportistas olímpicos van vacunados a los Juegos Olímpicos.
- Vacunarlos contribuye a que el estado anímico colectivo y la salud mental del país mejore.
- Son solo 30 vacunas y ya se ha vacunado a todos los grupos de máximo riesgo.
- Hay que transmitir confianza al mundo y nada mejor que el fútbol como canal.
- Se mueven “muchas cosas” alrededor del fútbol y no son unos partidos cualquiera, de modo que puede considerarse una excepción de interés. Esto lo dijo Fernando Simón.
Intuyo en toda esta situación una enorme oportunidad perdida para dar un paso firme hacia la sociedad justa en la que todos queremos vivir. Solo hacía falta darle el peso que le corresponde al criterio moral durante el análisis de la situación y en la decisión política, claramente demasiado influenciada por la visión única de coste/beneficio.
Me pregunto qué ocurriría si, en vez de todo este embolado de mala gestión y mala comunicación, con sus decisiones apresuradas, la RFEF o el organismo oficial al que le corresponda hubiera publicado un comunicado como este:
En unos días comienza la Eurocopa y la organización no ha marcado ninguna exigencia respecto a la vacunación de los equipos.
Con el positivo que hemos tenido hace unos días, estamos planteado opciones y nos hemos encontrado con un dilema moral importante. Con sinceridad, nos hubiera gustado haber podido analizarlo y debatirlo de forma más tranquila y previsora, pero hemos fallado y ahora tenemos que hacerlo deprisa y corriendo.
Honestamente, por un lado, creemos que lo más útil y beneficioso es vacunar a todos los miembros de la selección española. De esta forma, iríamos a la competición con más garantías, con seguridad y transmitiendo confianza.
La realidad es que el fútbol tiene un gran peso en nuestra sociedad, con millones de seguidores, y muchas personas lo están pasando mal por la crisis sanitaria y económica. Nosotros tenemos la oportunidad de darles una distracción y algo en lo que creer. Podemos aprovechar que es un deporte en el que sobresalimos para usarlo como canal y transmitir confianza en España a todo el mundo. Se mueven muchísimas cosas alrededor del fútbol, no solo el propio deporte, y estos no son unos partidos cualquiera. Además, en España ya se ha administrado la dosis a los grupos de mayor riesgo y esto sería solamente una excepción de 30 vacunas.
Por otro lado, quizá no siempre tengamos que priorizar la utilidad y el beneficio por delante de otras cuestiones, especialmente cuando hablamos de principios morales y de justicia.
De acuerdo al sistema de vacunación que seguimos a rajatabla en España, todavía no ha llegado el momento de la dosis para los jugadores, al igual que no ha llegado tampoco para la inmensa mayoría de la población. Todos esperamos con ansia nuestro momento.
Por todo ello, la decisión en firme es que la selección española asistirá a la Eurocopa, pero sin saltarse ningún orden de vacunación. Sin vacunarse por delante de nadie, de la misma forma que cualquier trabajador fuera de los grupos de riesgo espera su turno con paciencia y respeto.
Vamos a asegurarnos de que la UEFA cumple con todas las medidas prometidas y ya estamos definiendo, además, nuestros propios protocolos para tratar de garantizar la máxima seguridad y la más rápida actuación en cualquier situación que pueda darse.
Que los jugadores tengan la suerte de que en nuestro país se valoren enormemente las capacidades para jugar al fútbol, no hace que merezcan una vacuna por encima de nadie. Son ciudadanos y hacen su trabajo, como todos los demás, y se suman a seguir los mismos criterios que hemos establecido como justos y estratégicos para todos. Como todos los demás.
Nuestros vecinos y compañeros de Inglaterra, Francia, Alemania, Dinamarca, Suecia o Finlandia tampoco van vacunados. Aunque es una decisión muy complicada, no estamos solos.
Transmitir a nivel internacional la confianza en España es algo que podemos conseguir de muchas otras formas fuera del fútbol. Entre ellas, por ejemplo, exponiendo la fortaleza de nuestro sistema sanitario y el trabajo en equipo de los españoles para conseguir un ritmo de vacunación absolutamente espectaculardel que nos sentimos tan orgullosos.
Ver jugar a la selección llena de energía y vitalidad a muchos españoles, pero en absoluto queremos caer en el paternalismo ni cargarnos con una responsabilidad social que no podemos asumir. Creemos que es vital trabajar desde otros ámbitos más generalistas (y más efectivos) para visibilizar los logros conseguidos, así como el camino a seguir con claridad y determinación, de manera que mejore el estado anímico de todo el país.
De momento, no se nos ocurre mejor manera para contribuir a ello que actuar en equipo, de forma solidaria y justa.
¿Estamos capacitados para dar pasos en esta dirección? ¿Por qué no?