✨ La magia de lo analógico ✨

Qué sensación cuando disparas fotos con una cámara que tiene más años que tú (y tienes ya casi 40). Disparar y poner cara de tonto al separarte para ver cómo ha quedado la foto, al no encontrar ninguna pantalla. El reto de tener una sola oportunidad. De acordarte de “pasar” el carrete.

Una cámara con esa edad te exige paciencia antes, durante y después de cada disparo. Que asumas los tiempos de lo antiguo, porque la inmediatez de lo moderno no funciona con ella. Ni tampoco los atajos. Te obliga a detenerte más y a pensar mejor.

Es la cámara de mi padre y recuerdo esa minuciosidad en él. Recuerdo los “¡Hala venga, hazla ya!” de mi madre impaciente por el tiempo invertido en cada toma. Y también recuerdo cogerla con mis propias manos de niño, temblorosas al comprobar el peso de su diseño firme y consistente. Luchando por sujetarla sin alterar ninguna rueda ni palanca.

Es la Minolta SRT 100x que tiene mi padre desde hace 41 años. Es la magia de lo analógico, de lo diseñado para durar.

Yo muy feliz con la cámara analógica en el mar
Yo muy feliz con la cámara analógica en el mar.

PD: en este álbum puedes ver algunas de las fotografías que tomé durante esos días con la cámara.