Una lectura cómoda, rápida y fresca, aunque también he sentido la historia algo superficial. Me gusta mucho cómo escribe, cómo se detiene en detalles que quizá pasan desapercibidos, pero también siento algo de rechazo a los destellos de esnobismo. Lo cierto es que de Milena Busquets disfruté mucho más También esto pasará.

Me quedo con este momento de los álbumes de fotos en papel:

Yo siempre le decía que lo que más ilusión me haría serían los álbumes de fotos. De niña había pasado muchas horas sumida en aquellos gruesos volúmenes cuidadosamente compuestos por mi abuelo primero y por mi madre después. Certificaban que habíamos sido bastante felices, bastante atractivos. También daban fe de que nos habían querido, de que nuestra infancia había sido tan valiosa para alguien que se había molestado en retratarla. Hacer fotos no era tan sencillo como ahora. Mi abuelo había pasado horas, días enteros, eligiendo las fotografías, poniéndolas en orden cronológico, pegándolas rectas, sin ningún pegote, anotando debajo con buena caligrafía el lugar, la fecha y la identidad de los retratados. Y después él y yo juntos habíamos pasado horas mirándolos —de niña el pasado no me daba miedo como ahora, no había ningún peligro de quedar atrapado en sus arenas movedizas—. Mi abuelo solía contarme la historia de cada foto.