Ay, necesitaba esto. Una lectura fresquísima, simpáticay divertida que te va dejando con ganas de más después de cada capítulo. Tenía el libro anotado en la lista de deseos desde hace tiempo, después de haberlo visto recomendado en algún lugar que no recuerdo. Y hace unos días justamente Ale Muñoz habló de él y me dio el empujón. Lo he terminado en tres empentones, me he reído en voz alta y he sonreído muchas veces mientras lo leía.

El objetivo que se marcó el autor, que lo explica en una nota al final del libro, que quería escribir una historia que pudiera leer toda la familia y pasar un buen rato, está conseguido con creces. Si lo lees con alguien al lado, seguro que hay muchas veces en que quieres leerle en voz alta algunos pasajes.

No había leído nada de Joël Dicker pero al parecer este libro es muy diferente a lo que publica habitualmente, así que tocará buscar otro para conocer esa otra vertiente del autor.