Eres libre cuando no te preocupa la suerte.

Notas personales

  • Una vida feliz es una vida que sigue las reglas de la naturaleza. Para ello, el cultivo de la mente y del saber estar es fundamental: centrarse en el presente, estudiar el pasado, evitar los apegos a las cosas, buscar la calma y el sosiego.
  • Es necesario, para ser feliz, tener un juicio recto y cuidar las expectativas: adaptarte a las circunstancias actuales sin apegarte a otras imaginadas o deseadas.
  • El deseo y la aversión son naturales y útiles, pero también temporales. No deben dirigir en ningún momento la conducta. Si no la dirigen, serán útiles para la mente.
  • Cultiva el conocimiento y la sabiduría, comprende desde lo más profundo que todo pasa, que todo cambia, que todo es fugaz.
  • La virtud debe ir siempre al frente y la razón controlar los impulsos del placer, que no sean los impulsos los que te lleven a ti y te hagan perder la virtud.
  • Mucho cuidado con el placer: si hay mucho te ahoga, si hay poco te atormenta.
  • Si la virtud y el placer van de la mano, entonces empezarás a necesitar buena fortuna y eso es el principio de la servidumbre máxima. Necesitar suerte es ser esclavo.
  • No te apresures ni busques un ideal perfecto y pulido. Confórmate con ir ganando y aprendiendo cada día algo de terreno, concéntrate en tus vicios y poco a poco, conforme vayas pudiendo, vive como es debido.
  • Estudia cosas saludables. Aunque no las practiques y aunque no llegues a realizar lo aprendido. No es necesario completar una meta concreta ni conseguir algo específico con lo aprendido para que el propio estudio sea digno de alabanza. Estudia porque quieres estudiar.
  • La riqueza es una situación mucho más propensa y cómoda que la pobreza para que surjan la templanza, la generosidad y la diligencia. Utiliza tus privilegios sabiamente, porque resultan útiles y aportan comodidad.
  • Si la riqueza fuera un bien, produciría cosas buenas en la gente. En manos del hombre sabio, las riquezas están a su servicio, pero en manos del necio son las riquezas las que están al mando.

Nota: La edición en la que lo he leído es una que agrupa los tres famosos tomos de Séneca: Sobre la brevedad de la vida, el ocio y la felicidad.